25/11/10

Vida extra de La Pastilla Rosa

En las últimas dos semanas, he estado siguiendo la vida de La Pastilla Rosa dentro del Metro.
La imprenta, para facilitar el trasporte de los periódicos, ata cada centena con dos cintas cruzadas. El operario coge cada fardo de esas cintas, dañando algunos ejemplares de arriba y de abajo. No se pueden vender, ni regalar. ¿Al contenedor de reciclaje? No. Reciclar es utilizar algo hasta su última posibilidad.
En las estaciones del metro, entrada la tarde, uno se suele encontrar con periódicos releídos sobre los bancos, y no falta la persona que les sigue sacando provecho.
Decidí dejar los ejemplares dañados de La Pastilla Rosa sobre los bancos y observar...
Unos encontraban propietario al minuto. Otros pasaban por diversas manos y ojos dubitativos antes de ingresar a un vagón, rumbo a quién sabe dónde.
Edité un vídeo de menos de un minuto para graficar un poco lo ocurrido, y lo que sigue ocurriendo, porque se ha convertido en un pasatiempo que realizo cada vez que me desplazo en metro.










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